miércoles, 1 de abril de 2009

Intento. . . Supongo. . .¿Me aclaro?. . .


Correría a toda prisa
detrás de ti...
Cantaría bajo el júbilo
de una noche estrellada
solo para despertar
aquel corazón dormido.
Recorrería millones de kilómetros
para hallar el lugar exacto
donde dejaste guardados
tus sueños perdidos.
Me sumergiría en las profundidades
del océano para descubrir
de qué modo mi alma
se puede unir a la tuya.

¡Mírate! ¡Mírame!

Extrañando lo entrañable,
ya que
¿Cómo se extraña
aquello que aún
no sé conoce?

¡Te escuchas! ¡Me escucho!

Destinos cruzados,
sueños utópicos,
palabras extrañas,
conceptos inentendibles,
rostros enigmáticos,
claros fugaces de los
no recuerdos.

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Historia de la sombra.

El primer sabor que recuerda fue zanahoria. El primer olor, un limon cortado por la mitad. Recuerda que lloro cuando descubrio la distancia. Y recuerda que una mañana ocurrio el descubrimiento de la sombra.aquella mañana, el vio lo que hasta entonces habia mirado sin ver: pegada a sus pies, yacia la sombra, mas larga que su cuerpo.camino, corrio. A donde el iba, fuera donde fuera, la persiguidora sombra iba con el.quiso sacarsela de encima. quiso pisarla, patearla, golpearla; pero la sombra, mas rapida que sus piernas y sus brazos, lo esquivaba siempre. quiso saltar sobre ella; pero ella se adelanto. Volviendose bruscamente, se la saco de adelante; pero ella reaparecio por detras. Se pego contra el tronco de un arbol, se acurruco contra la pared, se metio detras de la puerta. Donde el se perdia, la sombra lo encontraba.por fin, consiguio desprenderse. Pego un brinco, se echo en la hamaca y se separo de la sombra. Ella se quedo debajo de la red esperandolo. Después supo que las nubes, la noche y el mediodia suprimen a la sombra. Y supo que la sombra siempre vuelve, traida por el sol, como un anillo en busca del dedo o un abrigo viajando hacia el cuerpo. Y se acostumbro. Cuando el crecio, con el crecio su sombra. Y el tuvo miedo de quedarse sin ella. Y paso el tiempo. Y ahora, cuando se esta achicando, al cabo de los dias de su vida, tiene pena de morirse y dejarla sin el.
Las palabras andantes.
100 relatos breves, Eduardo Galeano.