miércoles, 17 de diciembre de 2008

Una Quimera.

"Miren como el sol ilumina su camino,
Miren como el sol calma su indiferencia,
Miren como el sol deslumbra sus ojos,
Miren, miren, miren, como sus pasos son armonizados por los rayos del sol,

Escuchen como las olas dicen su nombre,
Escuchen como las olas lo instigan a danzar,
Escuchen como su voz se disipa en el aire,
Escuchen, escuchen, escuchen, como las rocas le dicen como actuar.

Canta que de ese modo te escucharé,
Canta que es el lenguaje de hoy,
Canta que nadie te lo impedirá,
Canta, canta, canta y hazme soñar,
Pero al final me daré cuenta que todo esto es tan solo un ideal”.


domingo, 7 de diciembre de 2008

No sé. (no se me ocurrió ningún titulo, usted colóquele uno)

Lo que puede hacer un gesto, una palabra o tan solo una mirada, te puede elevar hacia el más profundo de los deseos, ese cariño que se manifiesta cuando lo ves. Todo eso es simplemente el creer, te hace ver realidades que solamente existen en tu cabeza. Lo peor de todo esto, es que cuando aterrizas y logras abrir los ojos, la caída duele tanto que no sabes porqué razón todo eso que no es verdad te hace sentir tan mal.
Me pregunto constantemente, ¿Hasta cuándo será así? No lo sé, y no lo quiero saber.
De un estado completamente armonioso paso a uno completamente triste y solitario, donde no le encuentro sentido a mi constante esperanza de seguir luchando o esperando algo, que mí corazón y mi cabeza me dicen que es imposible. O eso es lo que las acciones, actitudes y percepciones me dicen.
Tengo miedo de despertar un día y darme cuenta de la verdad, aquella que no sé, o quizás si la sé pero no la quiero reconocer por lo mismo, por seguir cobijando una mínima esperanza. Me creo fuerte, y pienso en que soy capaz de sobrellevar situaciones difíciles como esta. Pero en realidad me estoy derrumbando, ya no puedo más.
Miénteme y dime que si, tan solo por un segundo quiero pensar en que puede ser, en que te podré abrazar y saber que existió la posibilidad de que si estaríamos juntos. Perdón si sigo en lo mismo, pero no lo puedo evitar, al parecer esto es más fuerte de lo que pensé. Simplemente yo soy así. Y aquel que me conozca bien, me entenderá.
Yo debo, quiero, deseo, espero, creo, confió, siento, y pienso, de que no todo esta perdido, soy obstinada y no sé. ¿Rendirme? eso no, aunque reconozco que por un periodo lo pensé y en cierto modo lo hice, lo deje todo, dije ya no mas. Pero la realidad diaria no me dejo hacerlo, y al final no me pude rendir. ¿Por qué no puedo? Ya parezco disco rayado con todo esto. Ando haciendo el loco en todos lados, como si a alguien le importara lo que pienso o siento.
A lo mejor si existe ese alguien. Pero no lo veo, y necesito saber de que esta y necesito que me guíe y me diga “te recomiendo que…” tan solo unas palabras.
Estaré sentada en la banca de la esperanza, esperando a que llegue, me tome de la mano, me saque de ahí y comparta esto que siento, o simplemente hasta que la espera consuma aquel sentimiento que existe en mí, y que todo tan solo quede en un simple recuerdo lindo de algo que nunca fue.
Esta claro que lo que quiero es lo primero no tendría que decirlo pero no sé, ser directa es uno de mis defectos/virtudes.

Historia de la sombra.

El primer sabor que recuerda fue zanahoria. El primer olor, un limon cortado por la mitad. Recuerda que lloro cuando descubrio la distancia. Y recuerda que una mañana ocurrio el descubrimiento de la sombra.aquella mañana, el vio lo que hasta entonces habia mirado sin ver: pegada a sus pies, yacia la sombra, mas larga que su cuerpo.camino, corrio. A donde el iba, fuera donde fuera, la persiguidora sombra iba con el.quiso sacarsela de encima. quiso pisarla, patearla, golpearla; pero la sombra, mas rapida que sus piernas y sus brazos, lo esquivaba siempre. quiso saltar sobre ella; pero ella se adelanto. Volviendose bruscamente, se la saco de adelante; pero ella reaparecio por detras. Se pego contra el tronco de un arbol, se acurruco contra la pared, se metio detras de la puerta. Donde el se perdia, la sombra lo encontraba.por fin, consiguio desprenderse. Pego un brinco, se echo en la hamaca y se separo de la sombra. Ella se quedo debajo de la red esperandolo. Después supo que las nubes, la noche y el mediodia suprimen a la sombra. Y supo que la sombra siempre vuelve, traida por el sol, como un anillo en busca del dedo o un abrigo viajando hacia el cuerpo. Y se acostumbro. Cuando el crecio, con el crecio su sombra. Y el tuvo miedo de quedarse sin ella. Y paso el tiempo. Y ahora, cuando se esta achicando, al cabo de los dias de su vida, tiene pena de morirse y dejarla sin el.
Las palabras andantes.
100 relatos breves, Eduardo Galeano.