sábado, 15 de noviembre de 2008

Ustedes serán mis cómplices.


"Finas hebras recorren tu rostro matutino,
existen en gran variedad, tipo, color, y forma,
ellas que encierran los recónditos recuerdos de tu vida,
danzan sin cesar cuando el viento las acaricia suavemente,
sin él se tornan inmóviles y pegadas a tu rostro descansan frágilmente.

Algunas veces ellas te abandonan, pero lo hacen porque tú lo decides,
ante su asesino se ve quebrantada una parte de tu vida,
la forma final dará paso a un nuevo comienzo,
y aquellas que te abandonaron se quedaran solitarias y lentamente su muerte esperarán.

Recuerdo el día en que las conocí, a tus hebras, aquellas que diariamente
Siembran a las mías de emociones y anhelos,
en mis ojos se reflejó la más fina, aquella que era lentamente acariciada
por tus dedos, recuerdo que las vi, y dije: “¿me están hablando a mí? Pero, no logro comprender su mensaje, ¿Qué me están señalando?, y fue ahí cuando lo percibí”.

Hoy las vi, y estaban más bellas que nunca, tenían un brillo especial,
sublime ante mis ojos, que por 5 segundos los encandilaron con su enorme
resplandor. Pero fue tan solo un segundo, pero tan solo ese bastó
para que tus hebras infinitas me hicieran escribir todo esto.
Son únicas e irremplazables, pero si son imitadas,
ya que cuando camino por la calle se aprecian en otras personas,
pero eso me hace inmediatamente recordarlas en su verdadero portador.

Es por eso que les pido que no lo abandonen, ya que sin ustedes no seria
él mismo. El enigma que encierra en mí, en gran parte se lo debe
a tu compañía constante, acompáñalo y permite que se entere de que
yo dije todo esto, así cuando el viento sople le mandaré mi mensaje,
y tú como eres su fiel compañera, se lo dirás."

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Historia de la sombra.

El primer sabor que recuerda fue zanahoria. El primer olor, un limon cortado por la mitad. Recuerda que lloro cuando descubrio la distancia. Y recuerda que una mañana ocurrio el descubrimiento de la sombra.aquella mañana, el vio lo que hasta entonces habia mirado sin ver: pegada a sus pies, yacia la sombra, mas larga que su cuerpo.camino, corrio. A donde el iba, fuera donde fuera, la persiguidora sombra iba con el.quiso sacarsela de encima. quiso pisarla, patearla, golpearla; pero la sombra, mas rapida que sus piernas y sus brazos, lo esquivaba siempre. quiso saltar sobre ella; pero ella se adelanto. Volviendose bruscamente, se la saco de adelante; pero ella reaparecio por detras. Se pego contra el tronco de un arbol, se acurruco contra la pared, se metio detras de la puerta. Donde el se perdia, la sombra lo encontraba.por fin, consiguio desprenderse. Pego un brinco, se echo en la hamaca y se separo de la sombra. Ella se quedo debajo de la red esperandolo. Después supo que las nubes, la noche y el mediodia suprimen a la sombra. Y supo que la sombra siempre vuelve, traida por el sol, como un anillo en busca del dedo o un abrigo viajando hacia el cuerpo. Y se acostumbro. Cuando el crecio, con el crecio su sombra. Y el tuvo miedo de quedarse sin ella. Y paso el tiempo. Y ahora, cuando se esta achicando, al cabo de los dias de su vida, tiene pena de morirse y dejarla sin el.
Las palabras andantes.
100 relatos breves, Eduardo Galeano.